Los estudios campesinos y agrarios poseen una importante tradición en las ciencias sociales y naturales. En particular, la sociología y la antropología fueron las disciplinas que iniciaron desde el siglo XIX la preocupación por los fenómenos sociales que ocurren fuera de las ciudades. Durante todo el siglo XX y muy especialmente hacia las décadas finales del siglo se ocuparon de registrar transformaciones significativas en la organización de los territorios, tanto en la estructura social como en los modos de vida, en la alimentación, las relaciones entre el campo y la ciudad, los movimientos de población que derivan en amplias y diversas oleadas migratorias y de retorno de población, la pérdida de centralidad de la agricultura y de la actividad pecuaria, forestal y acuícola como las principales para la sobrevivencia y reproducción de las familias y su irrupción en mercados laborales regionales, nacionales e internacionales. A estas preocupaciones, su suman aquellas que tienen que ver con el uso de los territorios y los recursos naturales, la deforestación, la sobreexplotación de los mantos acuíferos y la presión demográfica y económica sobre los ecosistemas.

Las poblaciones rurales y sus territorios no han perdido relevancia como objetos de estudio, al contrario, su constante capacidad de adaptabilidad y negociación los convierte en una parte dinámica de la sociedad. Las características de la economía y sociedad rural no son diferentes en los países de América Latina que se han transformado en décadas recientes como consecuencia de la dependencia de las relaciones capitalistas, de la incorporación de la agricultura y la producción de alimentos a los mercados de la economía mundial y de las formas de modernización que han beneficiado a grupos de agroindustriales, empresarios agrícolas y unidades campesinas familiares.

Actualmente, la UNAM cuenta con una preocupación académica, social y una significativa sensibilidad por las poblaciones rurales, cultivadas en sus instituciones y disciplinas especializadas en la materia, sin embargo, no existe un programa transversal que integre las investigaciones en el ámbito rural. Este interés se ve reflejado en la profundidad de las investigaciones presentes en múltiples entidades, incluidas las sedes foráneas de diversa naturaleza que tienen vinculación e investigación, docencia y difusión en espacios y comunidades rurales; en el interés que han prestado varios de los programas docentes y de posgrado; en una importante variedad de disciplinas que transversalmente se interesan en temas y comunidades rurales con presencia en casi todo el país, como las ciencias sociales, geográficas, naturales, ambientales, nutricionales y en las humanidades, por mencionar algunas.